Desde su creación, los robots han sido considerados como una herramienta para automatizar procesos y reducir la carga de trabajo en distintas industrias. Sin embargo, en los últimos años ha surgido una nueva generación de robots que van más allá de la automatización y se enfocan en la colaboración con los humanos. Estos robots, que entran dentro de la llamada robótica social y colaborativa, también conocidos como «cobots», son capaces de trabajar junto a las personas, compartiendo el espacio y realizando tareas de forma segura y eficiente.
Su misión es ayudar al empleado en su cometido evitando tareas repetitivas y laboriosas pero también proporcionar servicios automatizados e innovadores a los clientes.
Este tipo de tecnología se puede configurar para propiciar desde información adecuada dando la bienvenida a clientes, convertirse en repartidores de alimentos, asistentes de entrega o de limpieza. El abanico de posibilidades es amplio y cada vez se abren camino en distintos ámbitos más allá del industrial, como el sanitario, turístico y el retail, entre otros.
Solución ideal para repartos inteligentes
En el campo de la restauración son ya una solución ideal para liberar a los camareros del reparto de platos permitiendo a estos dedicar más tiempo a los clientes. Por ejemplo, pueden ser capaces de realizar repartos inteligentes en bares y hospitales llegando cada cobot de forma individual a poder repartir 400 alimentos y bebidas al día.
También son compañeros perfectos en hoteles como guías, integrando información adicional y personalizada a clientes, en edificios públicos, centros comerciales, bares y cafeterías o empresas.
Pueden cooperar con otros robot y cuentan con Inteligencia Artificial y tecnología que permite una planificación exacta de rutas y sistemas flexibles para evitar obstáculos garantizando total seguridad.
Diferencias con los robots industriales
Este tipo de robots no tienen nada que ver con los llamados robots industriales, que son aquellos que si bien sustituyen al operario en el puesto de trabajo, desempeñan una única tarea en una posición fija. Los colaborativos, en cambio, realizan diferentes tareas adaptándose a las necesidades del cliente, son más ligeros y cooperan de forma más intuitiva con el empleado.
Además también pueden integrarse dentro de la llamada robótica social que es aquella que se enfoca en el diseño y desarrollo de robots que interactúan con seres humanos de manera más natural e intuitiva.
Ventajas de la robótica colaborativa
La robótica social y colaborativa ha ido ganando popularidad en distintos sectores debido a las ventajas que ofrece:
- Flexibilidad. Los robots colaborativos y sociales pueden ser programados y reprogramados fácilmente para realizar diferentes tareas en función de las necesidades de la empresa. Esto permite una mayor flexibilidad y adaptabilidad en la producción, lo que puede ser especialmente útil en distintos entornos.
- Mayor interacción humana. La Inteligencia Artificial permite mayor personalización y una mejor interacción con los humanos que tienen a su alrededor. Suelen tener sensores 3D para evitar obstáculos que proporcionan una percepción dimensional completa.
- Fáciles de programar. A diferencia de los robots industriales son más sencillos y requieren mínima formación, cuentan con una interfaz muy intuitiva donde cualquier trabajador pueda programar sus funciones con total comodidad.
- Rentabilidad. Las soluciones de robótica colaborativa cuestan hasta cinco veces menos que un robot industrial tradicional, su media de amortización es inferior al año, según apuntan diversos estudios.
- Aumentan la productividad y calidad de los procesos, ese es su principal cometido. Los errores se reducen y se aumenta en precisión y eficacia, ganando también en velocidad. Los empleados tienen más tiempo para realizar otras tareas de mayor valor añadido y eso se traduce en mejores resultados.
- Seguridad. Suelen poseer todo tipo de sensores que se apoyan en visión artificial, algoritmos de control de comportamiento, detección de proximidad y comprobadores de posición que permite operar de manera segura sin necesidad de un cerco físico con la máxima seguridad.
- Trabajadores felices. Tanto la robótica social como al colaborativa está diseñada para trabajar con personas y no reemplazarlas. Su cometido es perfeccionar el trabajo humano, esto hace que puedan realizar tareas inseguras, aburridas, monótonas, pesadas o repetitivas para que los empleados puedan hacer otros cometidos de mayor valor añadido, generando mayor satisfacción laboral, más compromiso e implicación de los empleados.
Este tipo de robot suelen ser, en definitiva, intuitivos, seguros, adaptables y flexibles y versátiles, siendo un aliado perfecto para repartos inteligentes en todo tipo de entornos. Son fáciles de instalar y programar.
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