Las organizaciones hoy día viven sometidas a cambios continuos y en muchas ocasiones eso se traduce en compañías menos eficientes. Para hacer frente a esa realidad y no perder en eficiencia, ni en productividad, hay dos vías: la mejora continua que impone un cambio gradual y sostenido en el tiempo, y la llamada Reingenería de procesos (Business Process Reeingeniering) que supone una vía radical para reaccionar ante los cambios, eliminando la manera antigua de funcionar en las organizaciones.
La reingenería de procesos puede aplicarse en todas las áreas y departamentos ya que tiene como objetivos:
- La obtención de notables incrementos de la productividad
- Disminución de tiempos de procesos del producto o servicios
- Conseguir un mejor flujo de información y materiales
- Reducir costes de las actividades y productos
La clave es llevar a cabo una correcta gestión empresarial basada fundamentalmente en la satisfacción del cliente.
Definición y concepto
Sobre la reingenería de procesos existen muchas definiciones, pero en realidad todas tienen el común conseguir mejoras tanto en productividad, calidad de los servicios y productos, señalando, también, a la facultad de elevar la eficacia en la atención al cliente.
Se trata, en definitiva, de canalizar todo aquel esfuerzo organizado, conducido de arriba hacia abajo en la organización, con el objetivo reformular completamente los principales procesos de trabajo. Se centra en cómo se realiza el trabajo y no tanto en cómo está estructurada la organización.
Algunos de los puntos básicos a resaltar de la reingenería de procesos son:
- Cuestiona los principios, propósitos y supuestos de los negocios
- Está orientada hacia los procesos básicos de las organizaciones
- Tiene una marcada orientación hacia el mercado, buscando que el producto o servicio ofrecido sea considerado como el mejor por los consumidores
Busca, por tanto, comenzar desde cero y para ello es clave ser capaces de deshacerse de las reglas anteriores, abandonar los viejos procedimientos y estar abiertos a los cambios por medio de los cuales los negocios puedan llegar a ser más productivos.
La mejora se mide en términos de incrementos de la rentabilidad, participación en el mercado, ingresos, calidad y rendimiento sobre la inversión. Además los cambios deben ser radicales para que se logren resultados notables y por otro lado, se trata de ser rápidos, ya que los resultados se pueden ver en tiempos muy cortos.
Fases en la reingenería de procesos
Las fases para adoptar una óptima reingenería de procesos pasan por: la definición del proyecto; compresión del estado actual del proceso; mejoras en materia de innovación, hasta llegar finalmente a la implantación. Hay que preguntarse ¿Por qué hacemos lo que hacemos? y ¿Cómo lo hacemos?
En este camino, la tecnología ya es básica para la mejora de los procesos y llevar con éxito un acertado programa de reingenería en su compañía. Tener un asesoramiento adecuado sobre las tendencias más actuales en el sector de las TIC le llevará a la mejora de la competitividad y a adaptarse de forma más sencilla a los cambios, objetivo último de la reingenería de procesos.