El llamado ‘home-office’ ha puesto a muchas compañías a prueba, tanto que los máximos responsables se han visto forzados en estos meses a confiar más en sus equipos, dar mayor autonomía pero también otorgar más libertad para administrar recursos y tiempo a favor de la mejora de la productividad.
El trabajo remoto se ha impuesto y necesita de procesos más ágiles, dinámicos y compañías cada vez más digitales. Todo ello ha sacado una nueva realidad: las llamadas empresas sin jefe o dicho de otra forma la llegada de la holocracia a muchas compañías.
Holocracia, la nueva fórmula
Este término ya fue acuñado en 2007 por Ternary Brian Robertson para referirse a una nueva forma de organización en la que la autoridad y la toma de decisiones son distribuidas de forma horizontal sin que haya una estructura jerarquizada a diferencia como ocurre en la estructura tradicional. Se caracteriza por dar mayor flexibilidad, más autogestión y autonomía al empleado.
La pandemia ha llevado a muchas organizaciones sin quererlo a este modelo donde los trabajadores deben autoorganizarse sin ningún tipo de problema. Esto ha traído consigo la necesidad de contar con soluciones para garantizar que los flujos de información fluyan, donde los empleados avanzan en sus tareas, cooperan, colaboran, pero sobre todo son capaces de adaptarse a nuevos contextos primando la agilidad.
El poder ya es de todos y el modelo se basa en la corresponsabilidad, donde se avanza hacia un modelo de trabajo más transversal.
Si hay algo que ha impuesto el COVID a las organizaciones es la necesidad de plantearse las estrategias para dar continuidad al negocio poniendo el foco en los procesos de digitalización y la mejora operativa, transformando el modelo de gestión a favor de la resiliencia. Los facilitadores de este cambio son una mayor colaboración, conciencia de equipo, pero sobre todo más confianza. El objetivo ahora es convertir a cada empleado en líder.
Precisamente el nuevo puesto de trabajo digital acerca a las organizaciones a ese término donde se hace necesario confiar en las capacidades en remoto, fomentando los vínculos dentro y fuera de las compañías con ayuda de la tecnología.
El trabajo presencial pierde fuerza en el nuevo escenario donde se elimina aún más la burocracia sin perder el control. Según el estudio realizado recientemente por Future For Work Institute a 205 empresas españolas donde se analiza cómo se trabajará en las compañías tras la pandemia, el teletrabajo se queda pasando de un 36% a un 61% permitiendo la realización del cometido del empleado en remoto.
Mayor y mejor autogestión gracias al impacto de la tecnología
En este contexto la tecnología juega ya un papel relevante generando impacto positivo en las compañías. El cloud, la gestión documental inteligente, automatización de procesos o la analítica de datos de autoservicio, están jugando un papel protagónico a favor de una mejor experiencia de empleado donde la autoridad y el poder de decisión está más distribuido que nunca, haciendo más responsables a los empleados predominando una mayor flexibilidad.
En dicho estudio se anticipan ya cambios en las organizaciones además de la consolidación de la automatización de tareas y procesos, apuntando al descenso en el número de reuniones cara a cara (83%), cambios en el horario de entrada y salida o lo que es más importante reducciones de los niveles jerárquicos en la estructuras de las organizaciones entre otros.
En definitiva, la holocracia consigue:
- Fomentar la transparencia
- Incrementa la agilidad
- Mejora la eficiencia
- Favorece la innovación
- Otorga más coordinación
- Mejora la capacidad de adaptación
Caminamos hacia una relación diferente entre empleado y empleador donde los nuevos modelos de trabajo dinamitan las formas tradicionales a favor de equipos más autónomos y mayor empoderamiento del empleado. La empresa 5.0 es ya una realidad. ¿Preparado? Activa tu empresa digital