Cuando hablamos de organizaciones inteligentes entendemos rápidamente que se refieren a aquellas que tienen capacidad de poner al servicio del negocio nuevas tecnologías como la nube, movilidad, medios sociales, inteligencia artificial… Sin embargo nos equivoquemos, porque realmente será el empleo de la información y por ende, el uso de los datos, lo que marcará claramente la diferencia entre una buena o mala gestión empresarial.
La información se ha convertido en el mayor activo de las organizaciones, así el acceso unificado a los datos y el análisis como soporte para la toma de decisiones será básico en cualquier negocio dibujando la frontera entre ser productivo y competitivo.
La revolución de los datos supone ya un gran cambio en el paisaje de los negocios, tan sólo para hacernos una idea en 2020, según IDC, habrá 40 zettabyes de información digital, algo así como 5.247 GB por cada habitante del planeta. No cabe duda que las empresas necesitarán cada vez más de herramientas que faciliten la lectura y el manejo de esos datos que le ayudarán a tomar mejor decisiones, convirtiendo la información en una clara ventaja competitiva.
El análisis de la información empresarial ya es un recurso esencial
De hecho, cada vez son más los estudios que indican que aquellas compañías que basan sus decisiones en los datos son más productivas y rentables que sus competidoras, entre un 5 y un 6 por ciento. El conocimiento y análisis de la información es ya un recurso esencial en los negocios, sin embargo nos encontramos que aún todavía no hay una cultura de toma de decisiones en el entorno empresarial en base a los datos.
Lás ultimas cifras aseguran que tan sólo un tercio de las compañías extraen valor a los datos. La integración de éstos, su complejidad, captura y gestión, son algunos de los desafíos a los que nos enfrentaremos en el futuro, así como las habilidades requeridas o el acceso a la tecnología adecuada.
Como decía Peter Drucker “No se puede gestionar lo que no se puede medir” y en la era digital tenemos ingente cantidad de información que debemos de empezar a aprovechar. Las empresas están obligadas a conocer aquellos datos que son importantes para su negocio, muchos de ellos dentro de su propio entorno, pero que por la ausencia de herramientas para su lectura, o su alto coste y la falta de capacitación éstas siguen confiando las decisiones en base a la intuición y no la evidencia.
En el libro de Luis Joyanes Aguilar ‘Análisis de grandes volúmenes de datos en organizaciones’ se señala precisamente que las decisiones controladas por los datos son mejores decisiones ¿Pero cúantas compañías realmente cumplen este requisito? La frase hay que atribuirla realmente a los autores Erik Brynjolfsson y Andrew McAFEE en el Harvard Business Review, en el año 2012, donde adelantaron ya el potencial de los grandes volumenes de datos y el gran impacto que causarán éstos en la gestión empresarial. Porque en esto consistirá ser una empresa inteligente: en tener la capacidad de recopilar esos datos y visualizarlos para interpretarlos y poder convertirlos en operaciones y decisiones rentables para el negocio.
El liderazgo, la gestión del talento y la propia cultura corporativa marcarán el devenir de los negocios en el futuro bajo la sombra de los datos, pero también el acceso a herramientas sencillas y que sean capaces de obtener el máximo rendimiento a la información. Sin ellas, estaremos completamente ciegos en las organizaciones, ya que el conocimiento será el factor esencial en las compañías para alcanzar objetivos y metas y elevar el nivel de productividad y rentabilidad.
Saber recolectar, procesar, almacenar, visualizar e interpretar será clave.