Vamos a tener que aprender a usar bien la palabra resiliencia en nuestros negocios y en nuestro día a día. A reestructurar y reiniciar, pero también a comprender finalmente que la digitalización es irreversible. Estamos descubriendo, a golpe de pandemia, nuevas formas de trabajar empezando a valernos de otras herramientas para poder dar continuidad a las empresas, con tecnología más ágil, pero aún queda mucho por hacer.

A estas alturas ya tenemos claro que actual crisis sanitaria vendrá precedida de una crisis económica sin parangón alguno y casi todos debemos ser capaces de responder al reto que se nos plantea por delante, donde España está llamada a cambiar su modelo productivo al ser especialmente vulnerable por nuestra alta dependencia al turismo y la hostelería o la construcción.

Tenemos que salvar vidas: sí, y usando el mismo símil también hay que acudir al auxilio de las empresas y no solo con ERTEs…  La medicina en este caso, la liquidez, debe llegarnos a todos: personas y empresas, pero estamos obligados hoy más que nunca, a seguir invirtiendo también en innovación, con más urgencia si cabe.

Como bien sabemos sanitarios y empresarios seguimos sin protección alguna estando en primera línea de fuego.  Tener  unos políticos verdaderamente implicados capaces de fortalecer nuestro sistema es fundamental. Ellos NO pueden dar más miedo que el propio virus, y hoy deben hacer suyas dos palabras: innovar e invertir, tomando decisiones firmes para que la medicina llegue a tiempo. Esa es nuestra mejor vacuna en la era post-COVID.

El virus ha demostrado que vamos a entrar en un mundo paradójicamente cada vez  menos global y más inestable (se avecinan nuevas enfermedades) donde lo importante es que seamos capaces de ser autónomos y no depender de terceros. China está invirtiendo como nunca en robotización e Inteligencia Artificial, avanzando tecnológicamente para hacerse fuertes en un mundo cada vez menos previsible y nosotros no podemos quedarnos atrás de ninguna forma.

España ha demostrado salir fortalecida en distintos tiempos de nuestra historia. Recordemos que estuvimos tecnológicamente hablando un tiempo confinados, casi 20 años, pero supimos salir de las crisis del 2007, aprendimos a hacer las cosas de forma distinta, siendo capaces de superar obstáculos y comenzamos a exportar más que nunca…

Hoy debemos tener claro que para surfear la enorme ola que se nos viene encima a los empresarios, la innovación es tan fundamental como la liquidez. Para ello es necesario acortar los tiempos drásticamente, estableciendo medidas suficientes para que nuestro tejido empresarial pueda salir adelante ante un seísmo global sin parangón alguno de consecuencias inciertas que nos tiene que llevar a comenzar a hacer las cosas mejor, pero sobre todo de otra forma.

Caminamos inexorablemente hacia modelos de trabajo híbridos donde lo presencial y lo virtual será nuestro día a día, combinando  tecnología adecuada que nos reduzca costos, nos conecte, simplifique nuestros procesos, los automatice, y nos proporcione conocimiento a través de un uso adecuado de los datos,  pero también nos ayude a posicionar nuestros negocios ante un contexto claramente volátil, a hacernos más competitivos.

Comienza la era post-covid y nos jugamos nuestro futuro. Hagamos las cosas bien, vacunémonos todos, respondamos al reto con iniciativas, pero también con inversiones y con un cambio de posicionamiento a nivel productivo. Tecnología e innovación es hoy más imprescindible que nunca. Tenemos que salvar vidas, pero también empresas.