Cuestionar el statu quo, el único camino hacia la innovación

Cambiar el paso, pensar diferente y asumir nuevos retos está en el camino habitual por el que debe transitar a diario cualquier compañía, pero todo apunta que para las Pymes de nuestro país sigue siendo aún un ejercicio complicado tras leer el último estudio de Faedpyme (Fundación para el análisis estratégico y desarrollo de la pyme en España).

Cada vez se hace más necesario ser capaces de algo tan simple y complejo a la vez como es  ‘salir de la caja’: pensar fuera de ella, y en definitiva apartarnos de lo que ya sabemos para encontrar nuevas soluciones.

Cualquier empresa de éxito en la actualidad tiene en común haber dado ese gran paso. Supone ser capaces de superar límites y desechar esa frase tan manida de que “lo hacemos así, porque hay que hacerlo así”.

Faedpyme deja entrever en su informe, ‘Pyme España 2018’, que las pequeñas y medianas empresas de este país siguen más bien dentro de la caja bloqueando sus posibilidades frente a los beneficios que otorga una cuestión tan importante como la digitalización de los negocios.

Los resultados sobre la Transformación digital muestran que la Pyme no está prestando la necesaria atención a este importante aspecto. “En general las Pymes carecen de interés por incorporar las capacidades con las que afrontar la digitalización, ya sea con talento propio o contratando empresas de servicios”.

Cuestionar el statu quo, el único camino hacia la innovación

Pensar fuera de la caja (Outside the box) no es nuevo. Es una frase que se acuñó a principios del siglo XXI gracias a un rompecabezas de nueve puntos que planteaba el reto de conectar todos los puntos únicamente sin levantar el lápiz del papel. Este juego supuso en su día toda una revolución y enseñó que cuestionar el ‘statu quo’ es algo altamente positivo para que fluya la innovación.

Hoy pensar fuera de la caja sigue siendo una herramienta de rabiosa actualidad y me atrevo a decir que se enmarca dentro de los grandes retos del management actual.

Seguir teniendo posicionamientos rígidos supone un serio retroceso y  un claro lastre para conseguir objetivos. Estar dispuesto a considerar otros puntos de vista y soluciones e incorporar nueva tecnología para poder avanzar y mejorar es hoy imprescindible.

La Pyme está obligada a transitar por otros caminos haciendo que las cosas sean diferentes, y eso se hace incorporando nuevas capacidades, nuevas herramientas o pidiendo ayuda a terceros.

Cuestionar lo que se hace, hasta cómo se hace, y ser más creativo supone dar un paso hacia adelante y apartase de lo que ya se sabe para encontrar nuevas soluciones.

Nadie ha dicho que sea fácil, pero los profesionales estamos obligados a pensar diferente, a ser divergentes y a cultivar, en definitiva, ese difícil pensamiento lateral que es capaz de generar ingeniosas soluciones a problemas complejos.

Considerar cómo mejorar un producto, servicio y hasta nuestros propios procesos o extraer el verdadero conocimiento a los datos, nos permite seguir creciendo y sobre todo tomar decisiones más inteligentes en los negocios.

Palabras tan usadas hoy como  agilidad, eficiencia o productividad no se logran si no hay un enfoque diferente, seamos francos. Pero tampoco si no se es capaz de pensar a largo plazo y sobre todo primar la calidad antes que la cantidad.

Precisamente Faedpyme revela que las empresas de éxito, las que gozan de una posición competitiva mejor que sus competidores, tienen en común ser innovadoras en productos y servicios, pero también en procesos y en gestión. Además de que implantan políticas formalizadas de gestión de recursos humanos orientadas a fomentar el rendimiento de los empleados. “Se caracterizan por estar fuertemente involucradas tanto a nivel interno (activos digitales y recursos) como a nivel externo (alianzas y colaboraciones con empresas especializadas) en transformaciones digitales apostando por estrategias de digitalización orientadas a mejorar la experiencia de cliente, disminuir costes y aumentar la innovación”.

Pues manos a la obra: Hagámoslo.

El mundo puede volverse muy pequeño si nos centramos en dos o tres alternativas concretas, automatizando nuestro devenir diario y manteniendo y hasta alimentando ese pensamiento rígido en el seno de las organizaciones que nos impide crecer.

Desafiarnos a nosotros mismos, no temer al fracaso y sobre todo generar ideas nuevas que tengan un valor agregado nos hará ser diferentes, además de abrirnos a un elenco de posibilidades.

Pensemos diferente, pensemos fuera de la caja. Solo así lograremos resultados distintos.

Imagen: Freepik

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