Los procesos de digitalización se han visto acelerados de forma inevitable a causa del confinamiento. Productos, servicios, procesos, estrategias, soluciones… Todo queda impregnado de una digitalización que se acelera en la nueva normalidad con una filosofía clara que es la mejora de la productividad, dando prioridad a la continuidad del negocio donde el centro es sobre todo el empleado.

Esto requiere tener un  doble objetivo en las empresas: Digital first y mucha flexibilidad, afectando fundamentalmente a la forma de trabajar,  imponiéndose nuevas formas de hacer las cosas para mejorar la eficiencia en nuevos entornos de trabajo híbridos: donde físico y remoto se dan la mano. El resultado es que las diferencias entre el empleado de ayer y hoy son notables en estos años. Veamos:

Trabajar en la oficina vs trabajar en cualquier lugar

La movilidad está más que nunca en alza. De trabajar de 9 a 17 horas en un espacio fijo como era la oficina, se ha pasado a teletrabajar con un horario flexible donde el empleado puede desarrollar su cometido desde cualquier lugar gracias al uso de tecnología que permite el acceso a los recursos e información de la empresa en cualquier circunstancia.

La pandemia ha impuesto el trabajo en remoto, pero también la coexistencia de entornos híbridos que requieren de nuevas soluciones. Hablamos de Cloud, pago por uso, soluciones de gestión de contenido empresarial,  impresión móvil…

La variedad es amplia y la prioridad es tener negocios más ágiles, colaborativos, entornos más eficientes y capacidad para adaptarse sobre todo de forma rápida a nuevas circunstancias. Esto requiere respuestas tecnológicas que faciliten el cometido diario como la firma biométrica, digitalización certificada, contabilización automática de facturas….

Documentos en papel vs digitalización

La prioridad es simplificar tareas, procesos y hacerlos más accesibles, y para ello la automatización es un ya un aspecto vital  en el desarrollo de entornos productivos, incluso en remoto.

Del trabajo manual y tedioso, con claro protagonismo y apego al papel, se ha pasado a soluciones capaces de hacer en pocos minutos tareas rutinarias como introducir datos en las facturas mejorando la experiencia de empleado.

Toda esta automatización requiere siempre de una adecuada digitalización consiguiendo mayor control accesibilidad, seguridad y rendimiento.

Así de los tiempos de los archivadores imposibles acumulados en estanterías, se ha pasado también al uso de OCR inteligentes capaces de integrarse con soluciones de contenido empresarial donde la Inteligencia Artificial, poco a poco, también toma cada vez más protagonismo en la nueva realidad.

De la intuición a la realidad irrefutable de los datos

El proceso de toma de decisiones en las empresas también ha cambiado de forma drástica, gracias sobre todo al impacto de los datos en la en las compañías. El análisis de datos cobra cada vez más protagonismo en los perfiles que pueden decidir en las empresas, habiendo más conciencia para dejar de usar la intuición, ya que lleva a menudo a decisiones equivocadas siendo ahora en los datos donde el empleado  empieza a poner el foco, al ser ahí donde se genera el conocimiento necesario para tomar las acciones idóneas.

En este contexto hay una tendencia clara: la hiperpersonalización que es cada vez más importante sobre todo a la hora de conocer al cliente y tratarlo de forma única.

Si hay algo que ha originado la digitalización es la posibilidad, a través de una adecuada gestión de la información, dar al cliente lo que necesita en el momento adecuado. A esto se le añade la mejora de procesos y ser capaces de detectar tendencias o corregir problemas en el negocio. La respuesta está en los datos.

Trabajo individual, trabajo en equipo

Ya no se trabaja en rígidas estructuras donde la información estaba en manos de unos pocos elegidos. Ahora el conocimiento se exige que sea transversal y se comparta por los importantes beneficios que genera.

Los que lo consiguen avanzan porque debaten, explican, aportan, suman y no restan, y ahora en los  nuevos entornos híbridos las barreras entre lo físico y virtual se difuminan gracias a la tecnología que nos acerca a aquellos que están más lejos gracias a potentes sistemas de videoconferencia.

También es fundamental tener soluciones que sean capaz de evitar los silos. El trabajo en equipo impone otro ritmo donde se comparte lo que se aprende y se colabora en base a estructuras menos jerárquicas y más redárquicas. Todos los trabajadores aportan, todos son importantes. Bienvenida la organización centrada en las personas.

Del equipo de la compañía a usar tu propio equipo

El trabajo en remoto también está poniendo de moda el uso de dispositivos propios donde lo importante son los resultados y no tanto cuál es la herramienta que se usa, esto requiere un mayor control de los accesos a la información y soluciones de seguridad a las alturas de las circunstancias. Se impone el BYOD (Trae tu propio dispositivo) pero también otras fórmulas: COPE, traducido: dispositivo propiedad de la empresa, uso personal permitido o COBO: Company Owned Business Only, dispositivo propiedad de la empresa donde solo está permitido el uso corporativo.

En cualquier caso, los empleados más productivos son aquellos a los que se les deja elegir sus herramientas de trabajo. Tomemos nota…

Inmovilismo vs mejora continua

Hasta hace años la formación continua en el ámbito laboral era solo para unos pocos elegidos, sin embargo el impacto de la digitalización ha puesto en relieve la importancia que tiene el empleado como agente activador de la transformación y la gestión del cambio en las compañías.

No solo se necesitan nuevos perfiles, sino que se buscan que éstos sean polivalentes, en constante aprendizaje y flexibles. Se impone la mejora continua y la necesidad de reciclar constantemente conocimientos para ser más competitivos donde el contexto tecnológico y sus avances abren nuevos escenarios al empleado. Es la era del smartworker que debe tener, además, una serie de Soft Skills imprescindibles ya en el puesto de trabajo digital.

Enfocado a resultados

Lo fundamental es enfocarse en los resultados que se obtienen, sin dejar de lado el proceso correspondiente. Esto significa trabajar hacia una meta, actuando de forma eficaz y productiva para satisfacer las necesidades. El nuevo empleado, por tanto,  sabe distinguir lo urgente de lo importante y sabe priorizar.

La meta es el objetivo y este nuevo enfoque requiere trabajadores más autónomos a la hora de realizar su desempeño.

En definitiva en el nuevo modelo de empresa ubicua, nacido por el impacto del Covid19, prima ahora la libertad del empleado, pero también el compromiso de éste con la organización a la que pertenece, donde la base será la confianza y las herramientas que tiene el profesional a su alcance para desarrollar lo mejor posible su cometido sin ver mermada la productividad.

Y ahora te toca a ti ¿Te atreves a completar con nosotros esta lista? En Grupo Korporate nos interesa siempre tu opinión. Escríbenos e iremos añadiendo a este artículo más diferencias. #TransformaTuNegocio